Prejuicios y beneficios de la corrección de estilo
Algunos escritores se echan a temblar en cuanto oyen hablar de la corrección de estilo. Quieren que un corrector revise su libro, claro, pero solo para eliminar las erratas que se han colado al teclear, poner las tildes olvidadas y colocar las comas fuera de lugar. Se niegan a que les hagan una corrección de estilo, porque su forma de escribir es su seña de identidad, lo que les hace diferentes al resto de escritores.
Creer que el corrector de estilo modifica la voz original del autor es el prejuicio más asentado entre los escritores noveles y los escritores independientes. Pero ese miedo, como todo prejuicio, se debe al desconocimiento.
Aunque su nombre lleve a confusión, en realidad, la corrección de estilo no interviene en el estilo del escritor. En este artículo te vamos a explicar en qué consiste exactamente, para que conozcas todos los beneficios de la corrección de estilo y le pierdas el miedo.
Prejuicios contra la corrección de estilo
Estos son los prejuicios contra la corrección de estilo que se oyen más a menudo:
- Yo escribo bien, no necesito corrección de estilo, solo ortotipográfica, por si acaso.
- No vale que un corrector de estilo revise lo que has escrito, eso es engañar a los lectores. No eres un verdadero escritor.
- Seguro que el corrector de estilo elimina mis innovaciones y ajusta el texto a lo literariamente aceptado.
- No quiero que el corrector de estilo retoque mis palabras según sus gustos, yo tengo mi propia voz.
¿Te reconoces en estas frases? Entonces es que tienes muchos prejuicios contra la corrección de estilo. Pero son temores sin fundamento. Una buena corrección de estilo no modifica tu forma de escribir, sino que elimina todo lo superfluo para que tu estilo reluzca.
¿En qué consiste la corrección de estilo?
La corrección de estilo es compleja y revisa el texto a varios niveles. Para empezar, corrige la gramática, al igual que la corrección ortotipográfica: errores de puntuación; laísmo, leísmo y loísmo; dequeísmo y queísmo, gerundios incorrectos y un largo etcétera. Por muy bien que escribas, hay tantas normas y tantas excepciones a la norma que es inevitable que cometas algún que otro error de este tipo. Para eso están los correctores: tienen la mirada entrenada para repasar cada carácter y se mantienen al día de los cambios de normativas y de la evolución del lenguaje.
Pero su tarea no se limita a aplicar lo que dicta la RAE. A veces, un texto es correcto desde el punto de vista gramatical y, aun así, no es comprensible. Esto puede deberse a que el escritor abusa de muletillas, circunloquios, obviedades y palabras comodín. La corrección de estilo se encarga de eliminar esos vicios lingüísticos y le sugiere al escritor palabras más precisas para que el texto se entienda mejor y sea más expresivo.
También se ocupa de detectar aquellas voces en pasiva, construcciones negativas, cacofonías, rimas internas y repeticiones que menoscaban el ritmo de lectura. En definitiva, la corrección de estilo revisa tu texto para que sea comprensible, coherente y expresivo.
Ejemplo de corrección de estilo
Para entender mejor en qué consiste la corrección de estilo, veamos un ejemplo:
Cuando le vio entrar, Pedro se quedó totalmente blanco.
—He vuelto —dijo Sara al entrar.
Él no contestó. Ni siquiera fue capaz de moverse del sitio donde estaba. Sara se lo quedó mirando durante unos segundos y se echó a reír.
—Vete de mi casa —dijo Pedro en voz muy baja.
—¿Cómo dices? No te oigo —se burló ella mientras atravesaba el recibidor.
—¡Vete de mi casa! —exclamó Pedro, yendo tras ella.
—Vaya genio. ¿Esa es forma de hablarla a tu mujercita? —dijo Sara, sentándose en el sofá del salón.
Pedro, muy enfadado, gritó:
—¡He dicho que salgas fuera de mi casa!
¿Has detectado muchos errores? En realidad, el texto solo tiene un par de errores gramaticales: un leísmo y un laísmo. Pero, desde el punto de vista del estilo, hay aspectos mejorables.
Lo habitual es que el corrector de estilo te marque los cambios tal y como se ve en la siguiente imagen:De este modo, puedes revisarlos uno a uno, y aceptar o rechazar el cambio según el caso. Si tú dieras el visto bueno a las modificaciones del ejemplo, el texto quedaría así:
Cuando la vio, Pedro se quedó pálido.
—He vuelto —dijo Sara al entrar.
Él no contestó. Ni siquiera fue capaz de moverse. Sara lo miró durante unos segundos y se echó a reír.
—Vete de mi casa —susurró Pedro.
—¿Cómo dices? No te oigo —se burló Sara mientras atravesaba el recibidor.
—¡Vete de mi casa! —Pedro fue tras sus pasos.
—Vaya genio. ¿Esa es forma de hablarle a tu mujercita? —dijo Sara, sentándose en el sofá del salón.
Pedro, furioso, gritó:
—¡He dicho que salgas de mi casa!
Como ves, la esencia del texto está intacta, a pesar de haber hecho varios retoques. Por un lado, se ha eliminado la repetición innecesaria de verbo «entrar», el circunloquio «se lo quedó mirando», las obviedades «salgas fuera», «moverse del sitio donde estaba» y el inciso «exclamó», pues la frase de diálogo entre exclamaciones ya da esa información.
Por otro lado, se han sustituido algunas palabras por otras más concretas: «totalmente blanco» por «pálido», «en voz muy baja» por «susurró» y «muy enfadado» por «furioso».
¿Que tú, como autor del escrito, hubieras preferido «lívido» en vez de «pálido» y «furibundo» en vez de «furioso»? ¡No pasa nada! El escritor siempre tiene la última palabra. Si no estás de acuerdo con alguna modificación o no comprendes a qué se debe, has de decírselo al corrector de estilo para que te explique sus razones. Una comunicación fluida entre corrector y escritor es esencial para que el texto quede lo mejor posible y los lectores lo disfruten.
Beneficios de la corrección de estilo para los escritores noveles
A menudo, los escritores noveles y los escritores independientes prescinden de la corrección de estilo. Unos lo hacen por prejuicios como los que hemos enumerado y otros, por ahorrarse el dinero. Sin embargo, la corrección de estilo, más que un coste, es una inversión, pues le da un plus de calidad a tu libro y te ayuda a evolucionar como escritor.
La corrección de estilo le da un plus de calidad a tu libro porque es un profesional especializado el que detecta incoherencias, contradicciones y lagunas de información que tú, al sabértelo de memoria, eres incapaz de ver ya. Además, elimina los errores que te delatan como escritor novel (palabras comodín, reiteraciones, rimas internas, desorden de ideas…). Y por si esto fuera poco, te ayuda a mejorar tu escritura porque, cuando revisas las correcciones que te ha marcado, tomas conciencia de tus vicios lingüísticos y es más difícil que vuelvas a caer en ellos.
Como ves, contratar un corrector de estilo no significa que no seas buen escritor, sino todo lo contrario: demuestra que te lo tomas en serio y que quieres que tu libro llegue impecable a los lectores. Seguro que en cuanto compruebes cómo la corrección de estilo saca brillo a tu forma de escribir, no vuelves a tener prejuicios contra ella.
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Roberto Torres
24/03/2024 a 2:52 amEl texto escogido es malo y elemental, la corrección, no me parece que fuera la mejor, veo falta de identificación de los vocativos.
Un problema común en la literatura es, la puntuación; debido a que existen nexos entre frases que, suelen complicar el sentido del texto, eso sucede el las frases u oraciones largas y complejas, no siempre un nombre propio es vocativo, etcétera.
También es cierto que autores, que crean un modo muy único, por lo menos en algunos textos.
En lo personal, sugiero revisar el modo de escribir de algún escritor, que se asemeje al estilo de aquel que se inicia en las letras. Saludos. Atte, Roberto Torres.